Nota de prensa

Viernes 21 de julio de 2017

Usuarios de Aspanias se implican cada verano en identificar los pequeños vertebrados hallados en Atapuerca

A orillas del Arlanzón, a su paso por la localidad burgalesa de Ibeas de Juarros, se instala cada verano un campamento para el secado-lavado-tamizado-triado de los fósiles de pequeños vertebrados (o microfauna) como los roedores, musarañas, murciélagos, aves, anfibios, reptiles, peces…, que se encuentran en las excavaciones de los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Estos microfósiles sirven a los paleontólogos para datar los yacimientos de Atapuerca y reconstruir el paisaje y el clima en el que vivieron los seres humanos que habitaron en sus cuevas.

La tarea se repite verano tras verano desde el año 2011, dos años después de que los usuarios de ocupacional del centro de Educación y Formación Puentesaúco iniciaran las tareas de triado (separado) de la microfauna encontrada en estos yacimientos. Una tarea que exige una formación adecuada, paciencia y tiempo, a la que llevan empleándose los usuarios de Aspanias desde el año 2009, fecha en la que la Fundación Aspanias Burgos firmó convenio (2009-2011) de colaboración con la Fundación Repsol para la ejecución del trabajo de triado, una colaboración básica para que los equipos de investigadores puedan seguir investigando. Trabajos de triado que han permitido identificar miles de restos fósiles, según ha reconocido en diversas ocasiones Gloria Cuenca Bescós, que lidera la investigación sobre paleobiología, tafonomía y bioestratigrafía de los pequeños vertebrados.

En la temporada de este año ha participado un grupo de 20 chicos y chicas de ocupacional del centro formativo de Aspanias. Cada mañana (durante cuatro días), han salido en autobús camino del “lavadero de sedimentos” en Iberas de Juarros, y una vez allí se han sumado a profesores y universitarios en las tareas de lavado y triado de los pequeños vertebrados que llegan embutidos en arcilla desde los yacimientos de la sierra burgalesa. En total unas 12 horas de colaboración que les hace sentirse bien pues para ellos es “un reconocimiento al trabajo realizado durante todo el año en el aula”, dice Marian Muñoz, cuidadora del centro, que les ha acompañado en alguna de las jornadas.

Un reconocimiento que también vieron colmado en una de las jornadas, con la visita al campamento de lavado de Ibeas de dos de los codirectores de Atapuerca, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, con quienes compartieron saludos, impresiones y comentarios.

Con esta acción de verano, el alumnado “termina de comprender todo el proceso de triado que realizan en el centro. Entienden mejor de dónde se extrae el material y en qué condiciones llega”, comenta Jesús Escanciano, encargado de taller de ocupacional. “Aprenden a saber lo importante que es hacer bien la clasificación del material desde el origen hasta la entrega”, agrega.

El trabajo de lavado, tamizado y triado en el campamento de lavado de Ibeas, y posteriormente el de triado final en el centro Puentesaúco de Aspanias, deja los fósiles de estos pequeños vertebrado listos para ser enviados a la Universidad de Zaragoza, donde la profesora de Paleontología y miembro del Equipo de Atapuerca Gloria Cuenca procede con un equipo multidisciplinar a realizar su datación bioestratigráfica.

La colaboración de los usuarios de Aspanias durante estos 8 años está siendo muy importante para los investigadores y el conocimiento futuro acerca de la microfauna que encierra Atapuerca.

Por las manos de muchos de los jóvenes de Aspanias han pasado durante estos años restos de erizos, musarañas, marmotas, ratas, topillos, murciélagos, dientes de macaco, cartílagos de peces fosilizados …, miles y miles de pequeños fósiles que ocuparon Atapuerca entre algo más de un millón y cien mil años.